Odiseo llega a casa, pero aún debe demostrar su valía.
Después de años errante, Odiseo llega a Ítaca disfrazado de mendigo. Encuentra su hogar invadido por pretendientes que desean casarse con su esposa, Penélope. Con la ayuda de su hijo, Telémaco, Odiseo los enfrenta y recupera su trono.
Pero el regreso no es solo físico: Odiseo ha cambiado. No es el mismo hombre que partió de Troya. Ha aprendido sobre la paciencia, el sacrificio y el valor de la familia.
¿Es un final feliz? Quizá. Pero su historia nos deja una pregunta clave: ¿qué significa realmente “llegar a casa”?
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