Últimos obstáculos antes de Ítaca.
Para continuar su viaje, Odiseo debe pasar por el canto de las Sirenas. Sabiendo que no puede resistir, se ata al mástil de su barco y ordena a sus hombres taparse los oídos. Una gran lección: a veces, la mejor manera de resistir la tentación es prepararse de antemano.
Luego enfrenta el dilema entre Escila y Caribdis, dos peligros inevitables. Aquí se nos recuerda que, en la vida, a veces no hay soluciones perfectas, solo la mejor opción entre dos males.
Finalmente, sus hombres desobedecen y matan el ganado del dios Helios. Como castigo, Zeus destruye el barco y solo Odiseo sobrevive. Tras años de pruebas, el héroe queda solo y a merced del destino.
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